Es extraño. Una enfermedad mental sin diagnosticar. Una esquizofrenia no tan morbosa. O si, o no.
Nace una Flor, todos los días sale el sol, felicidad, imaginación, poesía, chanson. A veces, a veces le gusta ser intelectualoide, rodearse de sapienciales, discutir de sociología, refutar a Bauman, alabar a Sarlo, minimizar a Borges, liquidar a Kodama.
Otras veces escucha esa voz de la Flor new aye, new wave, new rave, algo de Kalil Gibrán, unos mantras, unos mandalas, algo de Oh Lalá para ser hip y muffins de pera y jengibre. Algo cool, muy pilates, muy yoga, cero prejuicio, respiremos y seamos felices descubriendo la naturaleza que nos rodea, cuidemos el medio, amemos los animales, defendamos los derechos humanos de las tribus originarias.
Dos veces a la semana llega a escena la futura abogadita cul, la de tacos, la que habla de penalistas y critica las medidas económicas gubernamentales. La abogadita que todos detestan, la platense caretuda de perlitas, la que se cree superior, la que en definitiva es una hueca que estudia porque no sabe nada de la vida más que lo que los padres le enseñaron y le compraron. La que defiende el capitalismo, la que come en McDonald's y usa nike.
A veces me pregunto cual quiero ser, a veces me pregunto si es posible elegir una. También está la duda de si hay algo mejor que lo otro, lo claro es que nada se condice con nada, y la unica solución será la medicación.
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