viernes, 10 de septiembre de 2010

Es difícil sentarse a escribir sobre uno, sobre todo cuando hace mucho tiempo que no se hace.
Es difícil sentarse a escribir con lágrimas en los ojos, cuando la realidad te supera y no hay palabra que te haga sentir mejor.
Más no es imposible estar bien, dicen algunos sobre las dificultades y las penas. Yo considero mi vida, mis relaciones, mis cosas, todo en un círculo constante, un estado de vaivén pendular, de crecimiento, estabilidad y caída, libre, en picada, sin vuelta atrás.
Me molesta que la gente evite que llores, como si fuese malo eliminar corporalmente lo que tan mal espiritualmente te hace.
Hace días que lloro. Mucho.
Con razón, sin razón, ya no importa.
Si existiese razón tampoco vale la pena hacerla pública, una no escribe para ser admirada, odiada, querida, aplaudida o aborrecida. Una escribe para exorcisar los males que la atormentan, para alejarse de los fantasmas que no la dejan dormir.
Una escribe para decirle al mundo que no todo es tan perfecto como parece, o que quizás todo sea una gran mentira, ya ni se.

3 comentarios:

  1. Oy! yo también lloro. hoy va y ayer, pero porque estaba ebria. La ebriedad y exes hacen mal. Si va a tomar, evitelos.

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