jueves, 10 de junio de 2010

Je t'aime, Je ne sais pas

Me desperté en una caja de cristal, donde miles me miraban, saludaban y reían. Como si fuese un centro de atracción.
Senti pena por mi mismo, por ser tan ridículo, por causar gracia a quienes me miraban, aunque no conocía la razón.
Formulé diversas hipótesis, quizás Marta había agregado hormonas a la cena y a lo largo de esa noche me habían crecido tal cantidad de vellos que al despertar me confundió con un chimpancé y llamó a control animal. Después me convenci de que Marta no podía ser capaz de llamar a control animal.
Busqué una nueva respuesta a mi problema. Seguramente estaba muerto, y era "el nuevo" por lo que debía pagar algo asi como un "derecho de piso" o "de nubes" si eso era el cielo. Aunque pensándolo bien, concluí en que no había razones para que yo esté muerto. Era completamente sano, vivaz, enérgico.
La tercera es la vencida, dicen, por lo que decidi que mi última hipótesis iba a ser ley. En realidad, soy único e indispensable, todos me aman porque irradio alegría hacia todo lugar al que voy, por lo que, obviamente, la gente me envidia. Por supuesto, soy fantástico, tengo buen gusto, mucho dinero. Hice algunas cosas que quizás no son consideradas deseables, por ejemplo comploté contra varios compañeros para obtener un mejor puesto en mi trabajo, pero solo asi podía llegar a Gerente General, y como el fin justifica los medios, no creo que mi actitud sea reprochable. El mundo dice que me ama, pero en realidad solo quieren tener lo que yo tengo, como mi mujer, a la que engañé muchos años con mis diversas secretarias, pero eso no debe saberse, mi imágen pública es muy importante.
La realidad es que la sociedad está plagada de gente falsa, si, es eso, estoy encerrado en mi mente, probablemente esté soñando, pero me estoy dando cuenta de miles de cosas a las que nunca había prestado atención. Que extraño, soy tan buena persona, me da lástima la gente envidiosa. Cuando despierte le voy a decir a Marta, no puedo guardar este secreto: ¡EL MUNDO ME ENVIDIA!

Mientras tanto Marta reía con la ex secretaria de su marido en una casa velatoria en 14 y 44 - "y... vos sabés como es... un poco de cianuro por aqui, en la bebida, en la cena, en el postre, en las masas, en el café. Ni se dió cuenta, tiene menos paladar que dentadura postiza. Sólo hace falta el sacrificio de uno para que el resto disfrute... Y bueno, una vez le tenía que tocar a él..."

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