Con el pelo al viento.

Doblo el papel, cual confesión o cadaver exquisito. Me envuelve un cúmulo de opciones posibles ante los caminos presentados. Me paro frente al espejo y no comprendo que pretende de mi, quién soy, qué quiero hacer. Me busco y no me encuentro. ¿ Qué fue de mi este tiempo en el que no fui yo ? ¿ Quién ocupó mi espacio con vagas palabras parecidas a las que yo digo ? Y no hay antros a la vista, ni excusas coherentes para escapar de los vestigios insondables de lo que parecia ser.
Retomando mi ser, retomando años atrás, volviendo a un estado de purificación, de pensamientos, de neutralidad, frialdad, fluidez basada en la espontaneidad de un algo sin razón aparente.
Doblo un papel confesional, doblo mi vida en pequeños pliegues cual abanico de verano. Doblo la apuesta por mi, por ser lo que quiero ser, por ser quien soy en definitiva, por no arrepentirme de lo que hago.
Tiro el papel a la basura, lo quemo en una valla mental.
Pasado. Nada es como era antes, o más bien todo vuelve a lo que supo ser normalidad.