Con el pelo al viento.

2 años o 731 días, da igual, el tiempo y esa forma fría de calcular momentos ya no importan, pero, cerca o lejos, muchos momentos, pocos, bloques o etapas, fue hace exactamente dos años cuando todo comenzó.
Son irrelevantes los meses posteriores del punto final en nuestra historia, sólo admito que hice las cosas mal, y conocí la verdad sobre las personas de la forma más dolorosa. Todo era perfecto, pero, como suele decir la gente, nada es para siempre, y la nada es tan abarcativa que hasta nosotros caímos en lo que creíamos eterno. Fue el primer compartir, el primer dar sin pedir nada a cambio, fue un paso del yo al nosotros sin reproches, sin relegamientos. También fueron las primeras lágrimas, los desengaños y mentiras, los sermones, los olvidos.
No hay culpables en este fin, probablemente la culpa haya sido tuya o tal vez la culpa fue mía, pero nunca voy a admitirlo. Prefiero recordarte con sonrisas y no con desencanto, los rencores nunca fueron mis preferidos y además, aunque todo cambie, las personas, las modas y los lugares, hay algo que siempre queda.

pd: TODO termina, pero siempre vas a ser mi galancito.