Con el pelo al viento.

¿ Cómo se hace para empezar a contar una historia sin principio delimitado por el tiempo y espacio que usamos normalmente ? es practicamente imposible, pero, más lo es si en definitiva no hay un principio, o más bien, una historia para contar.
Los hechos se mezclan es borrosas fotografías, como si mi mente no recordara bien la cronología del pasado y su relación con el presente. No la culpo, más bien, fui yo la que la obligó a que suprimiera del subconciente los recuerdos en los que estuviera al menos la letra de su primer nombre. E, indudablemente, me hizo caso.
Por eso todo se mezcla, o eso quiero creer yo, cuando me piden que cuente nuestra historia y me resulta imposible ser coherente.
Quizás sea un estilo de negación, no se bien como explicar esta situación, bien sabés que nunca fui buena en materia neurológica, y además me cuesta hilar recuerdos que alguna vez fueron punzantes como agujas.